En apenas unas horas recibió a un equipo de trabajo del ministerio de Educación de la Nación y al finalizar la reunión almorzó con Máximo Kirchner. De esta manera, le da forma al trabajo conjunto que pretende para poner en marcha la provincia
LA PLATA (Corresponsalía)
En una muestra más de sintonía entre Nación y Provincia, los equipos técnicos del Ministerio de Educación de la Nación y de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, se reunieron en la Gobernación bonaerense junto Axel Kicillof y las titulares de las áreas de Educación y Trabajo, Agustina Vila y Mara Ruiz Malek, quienes compartieron una jornada de intercambio con el ministro Nicolás Trotta, titular del área educativa nacional, con motivo del comienzo de las paritarias el próximo lunes 20.
La reunión, que duró casi dos horas, tuvo a los integrantes de los equipos técnicos promoviendo esta simbiosis laboral entre las decisiones que emanen tanto desde Balcarce 50 como desde calle 6, que el mandatario viene pregonando en todas las áreas de la administración bonaerense.
Esta coordinación es la responsable de que el presupuesto bonaerense aún no esté siquiera como borrador, ya que su presentación está atada a la de Nación y en la misma línea irá la negociación con los docentes, en la que históricamente su acuerdo habilita el comienzo de la negociación con los trabajadores de la educación provinciales, que intentan poner como piso el monto acordado por sus pares nacionales.
Foto gentileza Juliana Ricaldoni
Almuerzo con Máximo
Otra muestra de esta labor en conjunto se vio cuando el Jefe de la bancada del oficialismo en la Cámara de Diputados del Congreso, Máximo Kirchner, ingresó raudamente a la gobernación por el patio que une la sede administrativa con la residencia.
Según pudo saberse, Kicillof y Kirchner, compartieron un almuerzo en el que continuaron delineando el trabajo conjunto entre Provincia y Nación de cara a los 4 años de gobierno que aún quedan por delante.
La visita del hijo de la vicepresidenta es una buena señal, que muestra la preocupación del gobierno nacional por el acontecer de la provincia y que no espera que el gobernador vaya hasta la Casa Rosada en busca de soluciones para los problemas bonaerenses. Es un gesto que no se vió en los cuatro años en los que Vidal gobernó Buenos Aires, por lo que la presencia de Máximo no pasó desapercibida en la Casa de Gobierno provincial.